- El libro aborda temas universales como el transcurso de la vida, la familia, la construcción de la propia identidad, la soledad, la reconstrucción frente a la adversidad... ¿Qué te motivó a trabajar sobre todo eso?
La motivación fue más que nada relacionado con un proceso de desarrollo personal, donde decidí retomar el dibujo como un hacer cotidiano y placentero. Volver al dibujo en la mesa de un bar, o bajo los árboles, a la costa de un arroyo. Enzo Cucchi en algún momento dijo que se puede hablar de una o dos cosas en la vida, de lo que uno conoce profundamente. En este caso, meterme en el Universo de La Loba, fue hablar de cosas sentidas, conocidas para mí, en lo más profundo de mi ser. Paisajes vividos y situaciones inmensas, algunas crueles, o dolorosas, otras tan placenteras, hasta llegar a la contemplación por el mero placer. Sentí en La Loba una par, un personaje casi sin protagonismo en los cuentos y las historias. Siempre aparece el enorme lobo feroz (macho). Por eso me sentí cómoda con una protagonista, que tuviera ferocidad cuando fuera necesario, pero tierna y con otras capacidades desplegadas desde la afectividad. Y también, todos los grises que se despliegan en la vida misma, como parte del aprendizaje constante.
- Compartinos un poco sobre la búsqueda plástica, elección de la paleta de color etc.
A medida que iban surgiendo los primeros bocetos, me pareció acertado que las imágenes llevaran al lector a lugares de descanso, donde el tiempo para transcurrir por las mismas fuera lento, acompañando al mismo para que decantara el texto. Un poco detenerse, en las texturas, los detalles. Me imagine el libro La Loba, como un libro para sentarse tranquilo, solo, y hojearlo detenidamente. Por eso pensé en la paleta de grises, blanco y negro, con acentos en rojo. Las imágenes en rojo –en general- aparecen como quiebre dentro del relato. Los grises y las texturas, son todas esas cosas que van más allá de un blanco o un negro neto, esos pasadizos, atajos, idas y venidas a las que nos somete la vida y las experiencias, esa riqueza y exuberancia que nos colma cuando comenzamos a andar la propia historia. Trabaje con monocopia, manchas, tallado, saque fotografías, dibuje con grafito, tinta china, pinte con acrílico, temperas y digital. Accedí a diferentes técnicas y materiales, porque quería lograr diferentes texturas y si bien, pensé en el libro como un objeto plástico, me pareció adecuado, que cada imagen fuera independiente de las demás, y pudiera de alguna forma decir de forma contundente sin estar supeditada a otras imágenes del libro.
- Siendo tu primer libro álbum ¿cómo fue el trabajo texto-ilustración? ¿quiénes te acompañaron en ese aprendizaje? ¿Qué consejo le darías a quienes estén pasando por un proceso de creación similar en el que la ilustración y la palabra van de la mano?
El trabajo texto-ilustración fue un proceso a la par al principio. Me surgían los textos y a la vez las imágenes. Me llevo más tiempo pulir las imágenes, para que pudieran acompañar al texto, pero a su vez, dijeran plásticamente otras cosas, no dichas en las palabras, para completar la idea. En general me iban surgiendo las frases, me sentaba con una hoja en blanco, o veía situaciones, palabras, oía frases, que me remitían a ideas que surgían en mi cabeza y las iba anotando en un cuaderno. Trataba de sentarme a diario, a anotar palabras, elementos, lo que me surgiera en relación al texto escrito. Los numeraba, los ordenaba. Hacía bocetos, pruebas con tintas, manchas… Paula Elissambura me ayudo en el proceso de construcción de lo que es el libro en si como objeto (cuantas páginas debe tener, formato, etc) y también en la diagramación. La Loba comencé a desarrollarla en su taller y llegue ahí a la primera maqueta. Fue un gran apoyo para mí, sumamente generosa. Beatriz Vignoli, me ayudó a organizarla, a hacer del conjunto de textos e imágenes, un relato, sin que perdiera la esencia. En el camino hice otras consultas con otras personas, pero no captaban la parte esencial del libro. Beatriz obtuvo una primer lectura, sin que yo le contara de que se trataba, que hizo que indudablemente fuera la persona adecuada para esta segunda etapa de la hechura del libro. Luciana Enriquez, fue de gran apoyo para la presentación, difusión y preventa del libro. Por mi vivencia, lo que sé es que las personas adecuadas aparecen cuando uno está comprometido con su propio proyecto. Si lo conoces y lo has reflexionado y le has dedicado tiempo, vas dándote cuenta quienes captan lo que realmente vos querés expresar. Cuando mostrás tu proyecto a otras personas, muchas suelen darte su punto de vista, pero solo algunas pueden darlo, a partir de captar la verdadera esencia de tu trabajo, por eso, más vale, a veces esperar, pero esa espera tiene que ser activa, es decir no dejar de valorar tu proyecto, hacerlo crecer en tu interior, que tome fuerzas. Y muchas veces es necesario tomarse un descanso y retomarlo, cuando realmente se esté preparado para volcar en el mismo todo lo que requiere. La Loba tuvo tres maquetas, y si bien lo comencé en 2013, estuvo preparado para imprenta a fines de 2017.
- A la hora de hacerlo realidad, de avanzar con el proyecto: ¿Siempre pensaste en llevarlo a una plataforma de financiamiento colectivo? ¿Cómo resultó la experiencia?
Cuando comencé a pensar en la forma de materializarlo en un libro, busque editoriales como medio de financiación y para que fuera posible. Escribí a algunas que nunca contestaron, a otras se lo presente pero el libro no daba con el perfil. Así fue como pensé en una plataforma de crowfounding para financiarlo. De esa forma, me contacte con una de ellas, me pasaron tutoriales y algunos lineamientos sobre el sistema de financiamiento colectivo. Por las características del libro, y los costos que debía manejar, más un sondeo previo que había hecho con las posibles personas de mi entorno que pudieran querer acceder al libro, me di cuenta que no sería esa la forma más adecuada para financiar el libro: Los costos quedaban elevados y el acceso implicaba hacerse un usuario, ya dos elementos limitantes. Así que decidí, usar las redes como medio de difusión, y también para la preventa. Ahí fue donde me contacte con una amiga productora para que me ayudara en este proceso. El libro ingresó a imprenta con mi financiación, poniendo yo el 50% para que comenzaran el trabajo y a medida que realizaba la preventa, iba recaudando para solventar el 50% restante del faltante para sacar el total de los libros encargados a la imprenta.
- -¿Cómo fue la recepción del libro en estos meses que lleva de concretado el proyecto?
La recepción del libro fue muy superador con respecto a las expectativas que yo tenía, tanto comerciales, como las devoluciones de las personas que lo han adquirido, ya sea para atesorarlo o para regalar. Algunas personas lo han recepcionado por las técnicas utilizadas, para trabajar con él en talleres e institutos, y otras para que sea leído en consultorios de psicólogos por ej. Todas vivencias inmensamente gratificantes. El libro participo de la Feria del Libro de Buenos Aires (en el stand de Espacio Santafesino), La Feria del Libro de Rosario, en el stand de Ponsatti Libros y Oliva Librería. También estuvo expuesto en el Museo Estevez, dentro del marco de los 50 años del Museo, y con la obra de otros dibujantes contemporáneos rosarinos y en la celebración de los 70 años del Instituto Autarquico Provincial del Seguro de Entre Rios.
- -Puntos de venta:
En Rosario: Buchin Libros, Oliva Libros, Centro de Apertura Camp Rosario y Ponsatti Libros. Desde otros puntos del país se puede adquirir a través del link de mercadopago que se encuentra en la Tienda de la Fan Page de Facebook , o me escriben a: lorenamendez@live.com.ar Estoy analizando en que otros puntos de venta puede estar el libro. La Loba, seguirá creciendo. He estado disfrutando estos meses intensos, pero hay varias etapas, en las que seguiré trabajando con él para que pueda llegar a más personas a quienes les interese y los colme.